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La orientación que un psicólogo especialista puede ofrecer para los adolescentes a la hora de decidir qué carrera escoger, aporta un invaluable beneficio. Primeramente hay que hacer una evaluación emocional en la que se puede llegar a incluir la orientación vocacional.

Se podría decir que es una de las disyuntivas más importantes en la vida. Ya que en general, si no se acude con el psicólogo que pueda evaluar al adolescente, se escoge una carrera por las razones equivocadas.

Algunas de estas razones pueden ser que la elección de carrera vaya en función a los deseos de los padres. Esta es una de las decisiones más frágiles por dos poderosas razones. Una de ellas es que, al obligar a los hijos de estudiar la carrera que estudio el padre o la madre, el futuro profesionista no sabe si realmente posee la vocación, tipo de personalidad, habilidades o aptitudes necesarias para desempeñarse en esa área.

Si no las tiene pero con esfuerzos logra crecer con esta decisión, la próxima meta a alcanzar seria querer ser igual o mejor profesionista que el padre o madre, para obtener su aprobación, orgullo, admiración y por ende, su amor. Sin embargo, esto (que se espera obtener a mediana edad) normalmente no sucede, lo cual provoca mucha frustración, desesperanza, cuestionamiento acerca de si valió la pena vivir, desorientación e inclusive depresión crónica.

La razón de que esto no suceda es que el profesionista que eligió la carrera para satisfacer a sus padres, no puede vivir una vida propia y plena, pues está pensando y trabajando únicamente en perfeccionarse lo suficiente para tener la admiración de los padres.

Las recompensas que espera el hijo de sus padres son muy altas (ya que dedico su vida a ello) por lo que resulta imposible que los padres pueden llenar estas expectativas generadas por parte de los hijos. Entonces la frustración vine de ambos lados. Tanto de los hijos como de los padres. Esto, en el caso de ser logrado, en caso contrario, que no logre superar a los padres, vivirá siempre bajo la sombra del padre que trata de alcanzar y la frustración seria insuperable.

La segunda razón de escoger la carrera por deseo de alguno de los padres o ambos, es que éstos, quieren alcanzar los logros que no pudieron realizar ellos y les gustaría realizarse a través de los hijos. En este sentido, los hijos vivirían la vida que los padres deseaban tener. No la propia. Por supuesto que esto, atraería diversos problemas psicológicos en los hijos y los padres vivirían una suerte muy similar.

Otra de las razones frecuentes de elección de carrera va de acuerdo a habilidades y aptitudes en función de que esta carrera sea lucrativa. En este caso, por lo regular no se toman en cuenta los intereses. El resultado es que el profesionista después de “sacrificarse” estudiando algo para lo que tiene habilidad pero nulo interés. Por supuesto que esperaría que la recompensa fuera grande. Y nuevamente surge el mismo problema mencionado anteriormente. La expectativa nunca será alcanzada, y ninguna recompensa será suficiente en comparación a lo que se renunció. Lo más frustrante es que si el trabajo no se hace con plena satisfacción, normalmente tampoco llega a ser lucrativo. O por lo menos, no como se esperaría.

Por estas razones, entre otras, es importante que los padres estén abiertos a la evaluación emocional y vocacional de sus hijos en función a los mejores intereses de estos. Y por parte de los hijos, desear encontrarse a sí mismos, para logar su felicidad, a pesar de ser excelentes talentos en un área muy diferente a la de los padres y dejar de sentir culpa por no cumplir sus deseos. De esta forma ambos, tanto padres como hijos, podrían construir una relación más sana de mutuo cariño y respeto. Esta sería la gran aportación que el psicólogo especializado podría aportar como orientación académica personalizada logrando familias más sanas.