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Los autoreproches o los sentimientos de culpa, son el síntoma de muchos de los problemas emocionales como es la depresión, la ansiedad, el trastorno obsesivo compulsivo, los duelos, baja autoestima, inseguridad u otros males emocionales.

Los autoreproches surgen como consecuencia directa de la culpa. Siempre se externan con la idea de inconformidad consigo mismo o con el mundo externo. A causa de una autoexigencia muy elevada, baja autoestima, ser demasiado perfeccionista, ser obsesivo o por tristeza, surge la necesidad de autoflagelación.

Por ejemplo, buscar en donde se equivocó o por qué no logró hacer más para que no sucediera un evento traumático. Puede aparecer como consecuencia de una perdida en los duelos, o en el estrés postraumático como una respuesta natural. Sin embargo, cuando se prolonga este estado, es señal de que la culpa ya se quedó de manera permanente formando parte de algún cuadro patológico el cual debe ser tratado con ayuda profesional.

Si los sentimientos de culpa y los autoreproches no disminuyen su intensidad después de una pérdida o una depresión provocada por una situación en particular, es seguro que evolucione creando algún problema más complejo.

Las consecuencias de no tratar estos problemas, podrían llegar al suicidio, automutilación, adicciones, la búsqueda de situaciones de alto riesgo o actos que tendrían como objetivo obtener más culpa para tocar fondo.

Por esto es importante buscar una terapia para tratar el problema de manera seria en donde se detectaría el origen de la necesidad constante de culpabilizarse o autoreprocharse.

Dándole fin a los autoreproches también disminuiría la incesante necesidad de castigo inconsciente. Ya que en todos los casos en los que existen los autorreproches, también el autosabotaje para que nada le salga bien a la persona. Pues esta siente que no merece hacer algo bien y disfrutar de sus propios logros.