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La autoestima es en realidad, el sistema intrapsíquico (psicológico) de autodefensa y preservación de cada sujeto. Sin una autoestima saludable, la persona en cuestión, puede caer en depresión e incluso llegar al suicidio. Se puede decir que es una de las funciones psíquicas que permiten que el individuo sano, no perezca ante las demandas de la sociedad. Como ejemplo, un niño con baja autoestima no sabrá defenderse en su ámbito social – escolar y será víctima de bullying. O un adulto con baja autoestima no tendrá los recursos psicológicos indispensables como poner límites en el área social, familiar o en el trabajo, en donde es probable que sufra por maltrato laboral, con amistades, pareja, etc.

La autoestima de cada individuo está relacionada con el autoconcepto y por ende la identidad. Se le denomina amor propio, respeto y protección para sí mismo, contribuye en el funcionamiento sano del individuo dentro de la sociedad. Se puede decir, que la autoestima es una de las funciones básicas para la autopreservación y conservación de la vida misma.

La relación con los padres es crucial para la formación de la identidad y autoestima. Si los padres no tuvieron suficiente comunicación con el niño o adolescente, es probable que la formación del autoconcepto no esté constituido de manera sólida que más adelante, ocasiona problemas de identidad y el conocimiento del valor propio. En adolescentes esto puede llevar a experimentar con el consumo de sustancias, drogas y/o relaciones sexuales turbulentas, así como otras actividades de alto riesgo.

En caso de reconocer que se tiene una baja autoestima es imperativo acudir a orientación psicoterapéutica con el objetivo de mejorar la autoimagen.

Lo anterior, no se refiere a elevar la autoestima sin bases sólidas o reales. Por el contrario, la baja autoestima es resultado de una imagen de sí mismo equivocada o deformada, empobrecida de sí mismo, que no permite contemplar el panorama más amplio de todos los recursos que se poseen. En otras palabras, el psicólogo podrá ampliar esta imagen reducida del valor real que se tiene. Así como también las posibilidades, recursos y herramientas con las que se encuentra equipado el individuo para usarlas a su favor.